La conciencia (del latín conscientia, «conocimiento
compartido», y éste de cum scientĭa, «con conocimiento», el mismo origen que
tiene consciencia, ser conscientes de ello) se define, en términos generales,
como el conocimiento que un ser tiene de sí mismo y de su entorno. También
puede referirse a la moral o a la recepción normal de los estímulos del
interior y el exterior por parte de un organismo.
Existe debate sobre en qué consiste exactamente la
conciencia. En el área de la inteligencia artificial se ha trabajado la idea de
crear máquinas o software suficientemente complejos como para dar lugar a una
conciencia artificial, pero algunos han negado la posibilidad de que una
computadora pueda dar lugar a algo genuinamente indistinguible de una
conciencia.
La conciencia es la capacidad
propia de los seres humanos de reconocerse a sí mismos, de tener conocimiento y
percepción de su propia existencia y de su entorno. En este sentido, la
conciencia está asociada a la actividad mental que implica un dominio por parte
del propio individuo sobre sus sentidos. Así, una persona consciente es aquella
que tiene conocimiento de lo que ocurre consigo y en su entorno, mientras que
la inconsciencia supone que la persona no sea capaz de percibir lo que le
sucede ni lo que pasa a su alrededor.
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