¿Cuándo escribir conciencia y
cuándo consciencia? La duda sobre si estas palabras son intercambiables en
todos los casos es común, no obstante, hay contextos donde esto no es posible.
Por ejemplo, cuando queremos emplearlas en un sentido moral, aludiendo a la
capacidad de discernimiento entre lo bueno y lo malo, entre lo correcto y lo
incorrecto, lo aceptado es emplear la forma conciencia: “Después de lo que hizo
el presidente, su conciencia no lo va a dejar en paz”. Por otro lado, cuando se
usa con el sentido de percepción o conocimiento, pueden utilizarse ambas
formas, aunque se aconseja el empleo de la escritura más simple conciencia: “Él
conduce como si no tuviera conciencia de los riesgos”.
La conciencia muestra la
intimidad máxima de un ser humano ya que nadie puede acceder a lo más hondo de
la conciencia de otra persona. Los pensamientos de la conciencia son únicos e
intransferibles. La persona decide a quién desea comunicar parte de sus
pensamientos, sin embargo, siempre existe un ámbito de intimidad máxima que
cada persona guarda únicamente para sí misma.
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